En una visita reciente a las tierras salvadoreñas, pude ver que la seguridad jurídica para el sector privado, la delincuencia, la pobreza, educación y también la salud son tema. Incluso la liberal transparencia parece haberse impuesto un pequeño espacio en la agenda pública de los candidatos presidenciales de izquierda y derecha que hoy dirimen quien se queda con el ejercicio de gobierno. Sin embargo, sobre la mujer, ni novedades. A la mirada de género sobre esos temas o, a la consideración del espacio de la mujer, no se los ve muy a menudo: medios, sociedad y políticos tienen la cabeza en otra cosa. El lógico corolario: los candidatos presidenciables casi no los consideran.
Sí, es cierto. La propuesta electoral de Funes le dedica una carilla entera –de ciento y tantas otras- a su política de equidad de género… pero alguien lo ha escuchado decir algo en sus discursos? y si lo ha hecho, a sus ex-colegas parece que no les interesa cubrirlo. Y el candidato Ávila? pues nada se supo sobre si él tiene alguna idea sobre esto. Quizás sólo no supo como ponerlo en palabras…
Ojo, ni siquiera se busca reclamar aquí la falta de una candidata mujer. Además, debe reconocerse que la actual experiencia en Latinoamérica nos pone lejos de poder hacer tales reclamos. Aún cuando en Chile y Argentina tenemos presidentas mujeres, sus congéneres poco han mejorado su situación. En ambos países queda largo por recorrer para evitar la cantidad de mujeres que son violentadas –cuando no les toca morir, claro- tanto por abortos clandestinos, abusos físicos en el espacio de trabajo o en sus relaciones intrafamiliares o maltrato en las instituciones públicas de salud. Y la verdad es que, realmente, nuestras presidentas mujeres poco han cambiado esta situación en lo que va de sus mandatos. Sin ir más lejos, acaba de morirse una mujer joven en la provincia de Mendoza como consecuencia de un aborto clandestino.
Ahora, cuanto menos, Argentina y Chile no escapan del mínimo de la discusión. El movimiento de mujeres junto con ONGs, Universidades y algunos/as escasos/as periodistas con visión de género, han logrado poner en el debate público algún que otro tema de salud sexual y reproductiva, erradicación de la trata o la necesidad de contar con información sobre casos de violencia para mejorar las políticas gubernamentales de cara a este problema. El Salvador parece estar lejos de eso. Nada pareciera pasar. Al menos, nada se oye. Ojalá el candidato que gane, de izquierda o derecha, se acuerde cuando menos que todos esos temas que sí están en agenda, afectan particularmente, nada menos que a las mujeres de El Salvador.
Sí, es cierto. La propuesta electoral de Funes le dedica una carilla entera –de ciento y tantas otras- a su política de equidad de género… pero alguien lo ha escuchado decir algo en sus discursos? y si lo ha hecho, a sus ex-colegas parece que no les interesa cubrirlo. Y el candidato Ávila? pues nada se supo sobre si él tiene alguna idea sobre esto. Quizás sólo no supo como ponerlo en palabras…
Ojo, ni siquiera se busca reclamar aquí la falta de una candidata mujer. Además, debe reconocerse que la actual experiencia en Latinoamérica nos pone lejos de poder hacer tales reclamos. Aún cuando en Chile y Argentina tenemos presidentas mujeres, sus congéneres poco han mejorado su situación. En ambos países queda largo por recorrer para evitar la cantidad de mujeres que son violentadas –cuando no les toca morir, claro- tanto por abortos clandestinos, abusos físicos en el espacio de trabajo o en sus relaciones intrafamiliares o maltrato en las instituciones públicas de salud. Y la verdad es que, realmente, nuestras presidentas mujeres poco han cambiado esta situación en lo que va de sus mandatos. Sin ir más lejos, acaba de morirse una mujer joven en la provincia de Mendoza como consecuencia de un aborto clandestino.
Ahora, cuanto menos, Argentina y Chile no escapan del mínimo de la discusión. El movimiento de mujeres junto con ONGs, Universidades y algunos/as escasos/as periodistas con visión de género, han logrado poner en el debate público algún que otro tema de salud sexual y reproductiva, erradicación de la trata o la necesidad de contar con información sobre casos de violencia para mejorar las políticas gubernamentales de cara a este problema. El Salvador parece estar lejos de eso. Nada pareciera pasar. Al menos, nada se oye. Ojalá el candidato que gane, de izquierda o derecha, se acuerde cuando menos que todos esos temas que sí están en agenda, afectan particularmente, nada menos que a las mujeres de El Salvador.
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